Álbum ilustrado y comic: La montaña más alta de libros, Rocio Bonilla


El origen del álbum ilustrado se encuentra entre 1870 y 1886 de mano de Randolph Caaldecott, a pesar de encontrar precedentes anteriores como el Orbis Pictus. No obstante, fue Randolph Caaldecott quien superó con su obra el papel anterior que había vivido el ilustrador, cuya función era básicamente decorar los libros. De esta forma, creó una unión de imagen y palabra que nunca se había visto anteriormente.

Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando el género de álbum ilustrado se instauró finalmente. Fue entonces cuando las editoriales y los propios ilustradores se dieron cuenta de las diversas posibilidades que ofrecía este formato donde no solo importaba el texto o la ilustración sino también el formato, la tipografía, la manejabilidad, etc.

¿Qué es el álbum ilustrado?

Debemos comprender que no es un libro de imágenes, sino un libro en el que el texto y la ilustración están totalmente compenetrados, donde la narratividad aporta tanto al texto como la propia ilustración, de tal forma que ambas trabajan en la transmisión de la historia aportando detalles diferentes y, a su vez, ligados entre sí.

¿A qué tipo de lectores está enfocado?

Debemos romper con la idea de que es un género dedicado de lleno a los niños; lo cierto es que, aunque hay muchos álbumes para prelectores, los álbumes ilustrados están dirigidos a todos los lectores, aunque, editorialmente, se ha situado de forma privilegiada en la LIJ. Esto se debe a que los niños encuentran en el álbum una forma de enriquecer y fomentar su imaginación a través de las imágenes creadas por el ilustrador. También se debe a que, debido a las escasas experiencias lectoras, los niños tienen una mayor facilidad en estos formatos, ya que para ellos leer es tanto “escuchar” como “mirar”. Pero esto no quiere decir que los lectores de mayor edad no puedan encontrar enriquecedora la lectura de un álbum ilustrado.

¿Qué características tiene el texto de un álbum ilustrado?

El texto de un álbum ilustrado debe tener valor literario, sin importar lo elemental que pudiera ser. Las características principales que se observa en los textos de este género muestran un uso estético del lenguaje, una gran claridad expresiva y vocación de estilo. Se caracteriza fundamentalmente por su brevedad. Además, debe tener un gran equilibrio entre lo implícito y lo explícito.

Tomando como ejemplo un álbum ilustrado vamos a proceder a su análisis formal, sin entrar en contenidos.

LA MONTAÑA DE LIBROS MÁS ALTA DEL MUNDO, Rocio Bonilla

  1. Narración breve y sencilla: párrafos de 4 o 5 líneas, como máximo.
  2. No hay complicaciones argumentales, es una narración lineal: un niño que quiere volar hasta que descubre cómo hacerlo.
  3. No hay descripciones extensas.
  4. Frecuentes repeticiones, exageraciones y gradaciones.
  5. Narrador omnisciente (3ª persona de singular, en pasado). El narrador se limita a contar qué hacen los personajes.
  6. El narrador reproduce directamente los diálogos, en presente y en 1ª persona.
  7. Historia intemporal, en escenario genérico.
  8. Lenguaje más elaborado que el coloquial, pero cercano al entorno del niño.
  9. Personajes planos y estáticos: no sufren transformaciones en el relato.
  10. Ilustraciones a doble página, más espacio a la parte visual que a la escrita.






















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