Concepto y caracterización de la LIJ: El dragón blanco, Adolfo Córdova
En un comienzo no había distinción entre las historias contadas para adultos y
las que se contaban a los niños, pues el niño no era considerado un ente diferente
al adulto hasta aproximadamente el siglo XVIII. Fue entonces cuando empezaron a
publicarse ciertas historias enfocadas para el niño, aunque generalmente se
veían en la obligación de comunicar a través de ellas determinadas enseñanzas o
moralejas que cohibían al niño ante la reflexión de las propias historias.
Durante siglos la LIJ ha sido considerada una literatura menor, relegada
exclusivamente a los ámbitos escolares e ignorada por los investigadores
relacionados con la literatura. En esta época lo más importante de la LIJ era
el tipo de enseñanza que promulgaba, olvidándose por tanto de los elementos
literarios presentes en ella. No fue hasta la aparición de Hans Christian
Andersen, con la publicación de sus cuentos (c. 1838), cuando la
LIJ comenzó a desligarse de los parámetros hasta entonces establecidos.
Andersen escribió para niños, pero sin olvidarse de lo literario y eliminando
todo aquel elemento moralizante.
La LIJ es, ante todo, literatura. Por ello se utiliza la misma terminología
literaria que en la literatura adulta (géneros, canon, clásico, etc.) y se debe
aceptar su autonomía artística, pues es el primer contacto del niño con la
creación literaria escrita y culta. La LIJ es fundamental para desarrollar la
personalidad, creatividad y, sobre todo, el espíritu crítico.
El reconocimiento de la LIJ empezó cuando las editoriales comenzaron a
interesarse por publicar libros escritos expresamente para niños. Desde ese
momento (en el año 1970) hasta hoy, el auge de la LIJ en el mundo editorial ha
sido imparable, consiguiendo entrar en el mundo crítico y centrando en este
género algunas de las investigaciones.

En cuanto a los aspectos que debemos tener en cuenta para valorar una obra
de LIJ se encuentran los siguientes. La caracterización de la LIJ se puede
dividir en cuatro apartados principales: contenidos, personajes, técnica
o estructura y las formas. A continuación, se tratará
de enumerar las principales características de cada apartado poniendo como
ejemplo El dragón blanco y otros personajes olvidados, de
Adolfo Córdova e ilustrado por Riki Blanco.
Las características de la LIJ en cuanto al contenido:
La LIJ toma algunos elementos de la literatura oral, como
la presencia de elementos o personajes no normales, que en el libro
se muestra a través de personajes mitológicos como monos alados, hadas o
dragones; como curiosidad, todos estos personajes son secundarios en otras
historias conocidas por todos como La
historia interminable de Michael Ende o El mago de Oz de Lyman Frank Baum. También
encontramos una tendencia a la personificación:
«–Crees que conoces todos los caminos,
pero no todos los caminos te conocen a ti, así que, ¡vamos! no seas descortés,
ve y preséntate.
Definitivamente esa voz estaba dentro de
su cabeza. Pero no eran sus pensamientos. El Duque abrió la boca y de ella
salió zumbando un mosquito.».
(pp. 31).
«Wendy avanzaba lentamente. Sentía como
si la bellota latiera dentro de su puño cerrado y miraba, con la mayor
discreción, las ventanas altas de la iglesia […] Si hubieran podido ver también
las zapatillas, ocultas bajo el amplio vuelo del vestido, habrían notado que,
en realidad, no eran tan altas, y que Wendy había flotado un poco aquel día,
con el feliz recuerdo de Peter Pan».
(pp. 61-63).
Otra de las cualidades del contenido que,
en muchos casos, es obviada es que la literatura infantil y juvenil no tiene
por qué censurar ciertos contenidos, de hecho, puede tratar sobre
cualquiera, como la muerte, la represión o las dictaduras. Entre estos
cuentos se haya, por ejemplo, frecuentes alusiones a la muerte:
«La
niña gira, teme. Lo sabe… tarde. Los lobos anuncian su presencia apenas una
respiración antes de lanzarse sobre sus presas. Devoran al niño y al hada, que
muere, igual que el pequeño, justo después de haber nacido».
(pp.
19).
Las características de la LIJ en cuanto a los personajes:
Atendiendo a los personajes, destaca que los protagonistas suelen ser niños
o animales, lo cual podemos observar también en el extracto anterior.
Las características de la LIJ en cuanto a la técnica y la estructura:
La técnica y la estructura, por su parte, suele
destacar la estructura secuencial de la acción ya que suele
seguir el siguiente orden: Exposición, desarrollo y desenlace.
Suelen caracterizarse por mostrar un gran esquematismo y ambigüedad en
la localización temporal y espacial:
«Los invitados la recordarían siempre
como una boda encantadora».
(pp. 61).
Observamos también una rígida caracterización de los personajes:
«El Hada, la Hermosa Niña de Pelo
Turquesa, sonríe».
(pp. 18).

«–¿De dónde salió? –preguntó el Duque.
–De tu boca.
–¿Cómo escuchó mis pensamientos?
–Estaba en tu cabeza.
–Pero…
–Si he contestado tu pregunta y no tienes ninguna otra
duda estúpida acerca de caminos desconocidos, insectos que hablan o trenes, ¡me
voy!».
(pp. 31-32).
Las
características de la LIJ en cuanto las formas:
Suele mostrar claridad expositiva, sencillez expresiva (tanto
en el léxico como en la sintaxis). Suele contener un ritmo vivo y ágil,
frecuentemente avivado mediante los diálogos.
Por último, se debe hacer hincapié en los paratextos de
las ediciones ya que en la LIJ suelen tener una gran importancia pues pueden
influir en la elección del libro. Por lo general, el género literario
predominante en la LIJ es, además del álbum ilustrado, la narrativa.
La extensión de las obras suele ser pequeña o media, en este caso
consta de 125 páginas y contiene seis relatos en su interior. La ilustración también
suele ser muy importante en los libros de LIJ, especialmente en los que están
enfocados a las primeras edades. En el caso de la LIJ destaca que existen numerosas
adaptaciones, versiones o recreaciones de un mismo texto (por ejemplo,
los cuentos maravillosos) algo que sería impensable para la literatura adulta.
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