Reflexión personal sobre LIJ y educación
La asignatura
se ha centrado en tres temas principalmente: la Literatura Infantil y Juvenil,
la literatura en la era de las nuevas tecnologías y la literatura dentro de la
educación, por lo que me parece adecuado dividir mi reflexión del mismo modo.
Gracias al
libro de Pedro Cerrillo, Literatura mayor
de edad, hemos aprendido sobre la historia de la LIJ, sus orígenes, las
dificultades que hubo de enfrentar para seguir adelante, los diversos géneros
que la conforman, etc. De esta forma, hemos demostrado a través de diversas
pruebas los conocimientos adquiridos gracias a este libro. Gracias a ello podemos
defender que la LIJ debe tenerse en consideración y no debemos permitir que la
menosprecien por estar enfocada a los lectores más jóvenes, sino que es al
contrario: la LIJ es la literatura que pone a los niños en contacto con un
mundo lleno de posibilidades y, por ello, debemos otorgarle el lugar que se
merece dentro de la literatura. La LIJ crea y fomenta el habito lector en
cuanto que es una literatura que los niños aprenden a amar desde pequeños, de
tal forma que conforme van creciendo los libros lo hacen con él (ya sabemos que
hay diferentes estadios en los que dividimos la LIJ) creando nuevos retos que
llevan al niño-lector hacia los libros considerados como clásicos.
Por su parte,
el uso de las nuevas tecnologías para fomentar la literatura es un recurso
creado en este nuevo siglo y que está dando unos resultados excelentes: los
booktrailers, los booktubers, los bookgramers, blog… hay numerosas herramientas
que han creado una comunidad literaria que fomenta la lectura, la creatividad y
da la posibilidad de comentar los libros que se han ido leyendo. En parte, el
auge que está viviendo la LIJ en la actualidad se debe también a que tienen una
mayor presencia en la vida diaria gracias a todas estas herramientas.
Por último, la
asignatura está dirigida hacia el ámbito de la educación por lo que es lo que
engloba todo lo que hemos estado estudiando. La LIJ debe tener presencia tanto
en primaria como en secundaria pues es lo que crea el habito lector en los
niños, pero no creo en la imposición de la lectura, aunque sé que es necesaria
en los ámbitos pedagógicos. Vincular la lectura, que debería ser un placer, con
los deberes, que es un sustantivo que puede generar verdadero rechazo en los
niños, es, a mi parecer, un error. Por ello, gracias a los diversos recursos
que hemos ido estudiando, especialmente en cuanto al fomento de la creatividad,
creo que se puede llevar la literatura a las aulas de una forma menos
impositiva y más electiva, es decir, los docentes pueden crear una curiosidad,
un hábito, sin obligar a los niños a hacerlo pese a su voluntad.
Es de esta
forma como realmente haremos que el leer sea un placer, y eso es lo único que
realmente fomentará la lectura y las actividades literarias.
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